Ven a mí
con tu dulce luz,
alma de diamante.
Y aunque el sol
se nuble después,
sos alma de diamante.
Cielo o piel,
silencio o verdad,
sos alma de diamante.
Por eso, ven así
con la humanidad,
alma de diamante.
Aunque tu corazón recircule,
siga de paso o venga,
pretenda volar con las manos,
sueñe despierto o duerma...
o beba el elixir
de la eternidad
sos alma de diamante,
alma de diamante...
alma de diamante...
Bien aquí
o en el más allá,
o en el más allá,
sos alma de diamante.
y aunque este mismo sol se nuble después,
sos alma de diamante,
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