Un hombre de frente a una ventana,
súper lúcida la mirada,
recorre el paisaje y no,
no es su interior, es luna.
Son sombras lejanas del bosque,
es algo raro en las estrellas,
sonidos que inducen temor
y también melancolía de esperar...
Esperar que ella vuelva y le diga:
"Acá estoy, mi amor, no existe el olvido.
Acá estoy, mi amor, de vuelta he venido.
¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor, no existe".
Su mente inquieta se puebla de historias,
su cuerpo es solo memoria,
es eso que hay que sentir con paciencia infinita
andando las calles ajenas
de hombres que al fin le dan pena,
campanas en la noche, ruidos de melancolía de esperar...
¿Qué esperar?
Esperar que ella vuelva y le diga:
"Acá estoy, mi amor, no existe el olvido.
Acá estoy, mi amor, de vuelta he vencido.
¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor, no existe".
Delirio tremendo, ficción literaria.
secretos que fueron plegaria,
espejo maldito que al fin duplicó toda su vida,
andando las calles ajenas
de hombres que al fin le dan pena.
campanas en la noche, ruidos de melancolía de esperar...
¿Qué esperar?
Esperar que ella vuelva y le diga:
"Acá estoy, mi amor, no existe el olvido.
Acá estoy, mi amor, de vuelta he vencido.
¿Lo puedes creer? No existe el olvido, mi amor, no existe".
Integrantes
Pablo Tévez: batería y coros
Federico Bugallo: bajo, armónica y coros
Wálter Piancioli: piano, teclados, guitarra y voz
Raúl Rufino: guitarras y voz
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