lunes, 31 de diciembre de 2012

SPINETTA, LUIS ALBERTO: Canción para los días de la vida




Este día empieza a crecer,
voy a ver si puedo correr
con la mañana
silbándome en la espalda
o mirarme en las burbujas.

Tengo que aprender a volar
entre tanta gente de pie,
cuidan de mis alas
unos gnomos de lata
que de noche nunca ríen.

Si la lluvia llega hasta aquí
voy a limitarme a vivir,
mojaré mis alas
como el árbol o el ángel,
o quizás muera de pena.

Tengo mucho tiempo por hoy,
los relojes harán que cante...
Y la espuma gira
en torno a mi piel,
me han puesto manos,
para hablarle a las cosas
de mí
y al fin mi duende nació.
Tiene orejas blancas,
como un soplo,
de pan y arroz
y un hongo como nariz,
cuatro pelos locos
y un violín que nunca calla,
solo se desprende,
y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla,
solo se desprende,
y es igual a las guirnaldas.

Este día es algo de sal,
me dejó vibrando al nacer,
pesa y es liviano
como un hilo sin nombre,
suena un poco a mi guitarra. 

Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detrás,
me pongo las ramas
de este sol que me espera
para usarme como al aire. 

Y es que al fin,
mi duende se abrió,
tiene un corazón,
de mantel y batón
y un guiño al ver
que todo es verdad.
Ya los gnomos cuiden
a un violín que siempre canta,
nunca se adormece
y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla,
solo se desprende
y es igual a las guirnaldas.


(Argentina, 23/01/50 - 08/02/2012)