de "Chimango" (1974)
El viento se lleva las nubes,
el cielo aparece en los ojos
y surgen gigantes sin destino
que emigran, al fin, a un lugar distante
donde mueren lentamente,
se van como suspiros en el aire.
Aliento de vientos benignos
susurran palabras de calma.
Tu cara es más cara, cara al sol,
y siento que ya -¡uy!-, que ya te quiero
como no quise nunca,
son nuestras las memorias en el tiempo...
(1951)
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