de "Ey!" (1988)
Bajó por el callejón en donde estaba él.
Después vomitó ese ron manchando la pared.
El sol le caía bien entrando en la avenida.
Su vida no era más su vida pero eso estaba OK.
La veo cruzar cruzando un bosque,
la veo alejándose de mí.
Sus tetas y sus dos hermanas tomaban un café.
Me acuerdo de la mañana que me mostró su piel.
Estábamos en un bar y se cortó la cara,
vibraba como en un nirvana luego se echó a correr.
La veo cruzar cruzando un bosque.
La veo alejándose de mí.
Pasábamos todo el día tirados en la cama.
El tiempo, maldita daga, lamiéndonos los pies.
Brillaba, era una perla y nunca hacía nada.
Después dijo que me amaba y se hundió la gillette.
Sangró, sangró, sangró y se reía como loca.
No he visto luz ni fuerza viva tan poderosa.
De todas ellas ella fue mi frase más hermosa.
Todo su cuerpo con espinas y a mí me siguen las moscas
Fito Páez
(1963)
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