Lustrador de las miserias ambulantes,
sé que todos usan guantes para estrechar tu mano,
sucia desde el antebrazo hasta todos tus dedos,
que aunque sean diez, impotentes son,
que aunque sean diez, tus manos son dos.
Luchador de la ironía cotidiana,
entre tus manos mugrientas oprimes tu arma de cerda
como todas las mañanas, en la calle o en el bar,
te llaman a vos sin saber quién sos.
Alumno sin maestro,
¿quién te dio a luz a oscuras?
Si pensamos que tu vida es ignorante,
entre frascos de tintura, entre pobres y avenidas
tienes tu epitafio listo y un diez de graduado
en la vida lustrando al sol.
en la vida lustrando al sol.
¡Cuánto te amé, pequeño!
¡Cuánto lloré tu muerte entre diarios y franelas!
Alejandro De Michele: voz y guitarra
Miguel Angel Erausquin: guitarra y voz
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