Quisiera rescatar despacio
del lugar donde domina el sueño
al duende que respira.
El abismo que hay detrás de su mirada,
las palabras que no puede pronunciar
por el humo enclaustrado en la garganta,
el que cruje cuando hablas con verdad.
Necio poeta,
frágil de amor,
has caído desmayado en el vacío.
Frágil poeta,
debes morir,
peligrosa es tu certeza con sus giros.
Si pudiera deslizarme por tu sangre
y llegar a lo que me querés decir,
saltaría a la tumba que hoy te encierra
para decirte que ya estoy aquí.
Abre los huesos gritando, Luis,
tu antifaz entre nosotros sigue vivo.
Alejandro De Michele: voz y guitarra
Miguel Angel Erausquin: guitarra y voz
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