Yo no pretendo que piensen como yo.
Y yo tampoco los quiero convencer.
Pero algún día yo tenía que explotar
y decirles: "Esto va para atrás".
Muchos de ustedes no pidieron nacer
en este mundo que es frío y cruel.
Si por mí fuera los haría volver
y esperar mil años para nacer.
A nuestras madres no podremos volver.
Ellas dirán: "Hijo, ¿qué puedo hacer?".
Ahora me acuerdo que este mundo
también las golpeó y tampoco pidieron nacer.
Todos nacemos y todos morimos
y nadie sabe por qué y para qué.
De ese misterio se ocupan los sabios
y yo me ocupo de poder vivir.
Si hay que nacer, vivir y morir,
¿por qué las guerras, el hambre y el sufrir?
No hay nada más importante -de eso yo me convencí-
y es que el que nazca viva en un mundo feliz.