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Estoy aquí sentado bajo del pequeño sol,
el que nos dio águila y también gorrión.
¿Qué hacer con el silencio cuando la cabeza estalla?
¿Cómo parar la impotencia de no poder hacer nada?
Porque querer matar a tus hijos
es para que duela años la sangre.
Ayer por no querer a la patria
y ahora por quererla demasiado.
Leyes viejas más genocidas,
mal presagio para la vida...
Con la luz llena de sombras y con el sol en sufrimiento
volví a mi casa de rodillas y aquí mis amigos muertos.
En un país enfermo todas las cartas sobre la mesa,
jugamos juegos perversos entre fútbol y guerra.
Sangre de gloria, odio contra amor,
dioses y bestias, locura y dolor.
Abriré las puertas de este vacío
porque el destino me lanzó hacia arriba.
Leyes viejas más genocidas,
mal presagio para la vida...
Insistiré con un mar de rosas
y construiré sobre cenizas.
Tendré un sueño nuevo en mis manos
y lucharé para que sea justicia.
Las mejillas de mis hijos en mis labios,
y encontraré en sus ojos un nuevo descanso.
Leyes viejas más genocidas,
mal presagio para la vida...
(1951)