Pedro venía con la mañana a cuestas
pensando en la Juana para la siesta;
tenía en la mano trigo de lunes
y un amor puro como la tierra.
Se saboreaba un mate largo como el viento.
Mi patria es el surco, contaba Pedro.
Soy campesino de campo ajeno,
tengo los pies como el camino viejo.
Pedro arado, Pedro tierra,
Pedro de la Juana,
Pedro de la guitarra,
Pedro nadie,
Pedro, Pedro...
Pedro tomaba vino cabeza gacha.
Con los ojos profundos, contaba Pedro.
De la Juana, de la chacra,
del arado, de la miseria...